Sacrificios de una mujer que aspira ser Policía 

Seis años de matrimonio dejó una rutina de salidas en familia por Huaquillas, salidas que ahora extraña y que añora retomarlas en sus días francos. Las actividades físicas y clases teóricas dadas en su formación policial, la ayuda a concentrarse en su objetivo y a neutralizar sus sentimientos.

Una dura decisión fue distanciarse de su familia y más aún al saber que su esposo está formándose cómo policía en Quevedo, lo que deja una gran responsabilidad a su madre, al estar en el cuidado del niño. «Tengo el apoyo de mis padres que cuidan de mi hijo y por eso decidimos que ambos seremos parte de la Policía Nacional, con el fin de que nuestro hijo se sienta orgulloso de sus padres y darle todo lo necesario para su desarrollo y educación», comentó Verónica.

Lo más difícil para ella es mantener un contacto diario con su hijo, para conocer las novedades en la escuela, en su casa, en su comportamiento. «Es duro no ver a los hijos y no estar en persona para educarlos, darles consejos o reprenderlos si se portan mal. Ser mujer abarca tener una gran capacidad para organizarnos pese las circunstancias. Una mujer y madre arreglamos como asunto de magia esos inconvenientes y todo por el bienestar de la familia», añadió.

La confianza en su esposo y la fe en la educación que le da su madres a su hijo, son los pilares que motivan a Verónica a seguir con su sueño de ser policía. Lograr convertirse en una dama de la paz la llena de emoción y hace que supere cada sacrificio por llegar hasta donde está./MDI/DNCE