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Dinased reunió a hijas con su madre desaparecida hace 11 años

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Ana Gabriela, de 22 años de edad,  llegó apurada hasta las oficinas que la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) en Quito. En su cabeza giraban decenas de recuerdos de su madre, Margarita de Jesús, de 48 años, desaparecida hace 11 desde un hostal en el Centro Histórico de Quito.

Durante todo este tiempo, Ana Gabriela y sus hermanos Lady, Lorena y Ángel recorrieron medio país en busca de su madre. Luego de separarse en el hostal, los cuatro pequeños permanecieron 12 días en un albergue al no hallar a algún familiar que las acoja. Fueron días de incertidumbre,  difíciles.

Tras reunirse con su padre biológico, permanecieron juntos por dos años. Luego, una tía las acogió en Santo Domingo de los Tsáchilas. También vivieron un corto tiempo en La Concordia. La joven continuó  su vida, retornando finalmente a Quito, en donde ahora vive con su esposo y dos hijos.

Su nueva familia no pudo borrar el recuerdo de su madre. Con esa idea, el 10 de febrero pasado, Ana Gabriela se acercó hasta la Dinased para exponer su caso. De inmediato, toda una estrategia de búsqueda se puso en marcha para dar con Margarita de Jesús.

Durante ocho semanas, los efectivos policiales se concentraron en revisar los últimos rastros dejados por la desaparecida. Varias reuniones con distintas entidades estatales y privadas permitieron dar con un leve registro que los condujo hasta la provincia de Tungurahua. La tecnología de rastreo e identificación de personas también se sumó a la operación.

El rastro

El 15 de abril finalmente se pudo ubicar en la población de Baños, cercana a Ambato, a una mujer con características similares a las dadas por las hijas de Margarita de Jesús.

Ana Gabriela recuerda la emoción que sintió cuando los oficiales de Dinased le contaron sobre el hallazgo. Una mezcla de alegría y de incredulidad se agolpó en su cabeza. Quería sentirse aliviada, pero las decenas de decepciones y falsos rastros le habían enseñado a no hacerse falsas esperanzas.

Los últimos escalones en la antesala de la sala de prensa de Dinased la devolvieron a la realidad. Unos oficiales vestidos de negro la esperaban con una extraña sonrisa de satisfacción. Junto a su esposo y dos hijos se ubicó a un costado del salón. Los 30 minutos de espera se hicieron casi eternos. Por el teléfono, Lady, Lorena y Ángel la envolvían también en su ansiedad.

De pronto, la agitación llenó el piso entero. Un grupo de oficiales ingresaron apurados al salón. Tras de ellos entró una mujer de baja estatura y abundante cabellera negra que la miró fijamente. Ana Gabriela no supo más, las lágrimas y una retahíla de recuerdos parecieron elevarla sin sentido. De nuevo esa voz aguda y particular de su madre le recordaba entre sollozos que el tiempo es  nada cuando el amor está en el medio.

Con las manos en el rostro de la mujer, Ana Gabriela quiso palpar esos recuerdos de niña que nunca quedaron atrás. Otro abrazo, todavía más fuerte, resultó incapaz de parar el llanto de las dos mujeres. No había espacio para más, para nadie más. No eran necesarios, tampoco.

Con algo de tiempo, Ana Gabriela pudo recuperarse. Su madre no pudo más y un desmayo fue la forma en que su cuerpo pidió algo de calma. No fue nada, solo un dejarse llevar del alivio y la tranquilidad al fin hallados. “Es muy difícil encontrar pistas y tener  rastro cuando alguien desaparece. Muchas gracias a los señores policías por esta excelente labor. Todas las hermanas nos encontramos bien gracias a Dios, sentimos mucha alegría (lágrimas) de ver a nuestra madre”, enfatizó la joven mientras se quebraba su voz.

Todos juntos

Margarita De Jesús llegó al DMQ acompañada de sus otros dos niños pequeños, Vanessa y Nicolás, producto del segundo compromiso de 16 años con Eduardo. Su esposo reconoció lo importante que es para ellos esta realización familiar. “Estoy muy agradecido que la Policía Nacional nos ayude hasta en estas situaciones tan delicadas, después de tanto tiempo sin verlas. Muchas inconvenientes hemos pasado y hoy queremos dar la cara y empezar de nuevo”, relató el hombre.

“Esto es un milagro, le pedí a mi Dios que me ayude y me de otra oportunidad de ver a mis hijas y hoy me lo está cumpliendo con su misericordia, le agradezco infinitamente a la Policía Nacional, no saben lo que he pasado”, confesó Margarita, todavía llorosa.

“Sabía que mis hijas estaban bien, lo que ha hecho la institución policial es un magnífico trabajo. Llegaron a mi casa y me permitieron venir a ver a mis hijos. Todos estos años los he esperado, le pedí a Dios que me dé a mis hijos, que llegue una persona con una noticia y hasta que llegaron los agentes. Dios es maravilloso, felicito a la Policía Nacional y deseo que sigan adelante luchando por las demás personas, como el mío habrá muchos casos… No he podido ser feliz sin ver a mis hijos. Nunca es tarde para empezar de nuevo. Volver a tenerlos es lo más maravilloso y grande. Una vez tuve un accidente y le pedí al señor que me deje volver a mis hijos y nietos. Es un favor divino y un sueño concedido”, finalizó más tranquila en las instalaciones policiales, Margarita De Jesús.

Al otro lado de la línea, los otros tres hermanos las escuchaban. Los jóvenes no ocultan la emoción  de tener otra vez a su madre, dejar el pasado atrás. Los planes están listos. Toda la familia se reunirá en las próximas horas. Lady reside en Santo Domingo de los Tsáchilas, Lorena emigró a Perú, mientras que un hermano de nombre Ángel, está radicado en Guayaquil.

Una cultura de apoyo

El coronel José Ortíz, jefe de la Unidad de Desaparición de Personas de la Dinased, indicó que la Policía Nacional dispone de tecnología y personal capacitado para desarrollar varios tipos de investigaciones en beneficio de la ciudadanía. El combinar todas ellas logró que Ana Gabriela y su madre estén de nuevo juntas. “Fue un trabajo conjunto. Localizamos a la señora madre de la chica en Baños, Tungurahua.  La Dinased no solo está aplicando toda su capacidad frente a hechos delictivos, sino que está demostrando también una cultura de apoyo a las causas humanas de la ciudadanía”, resaltó.

Ana Gabriela y Margarita tomaron al fin un poco de aire, antes de descender de la sala donde quedaron 11 años de ausencias sentidas, 11 años de esperanzas frustradas que no volverán más.

Efectividad y causas

La Unidad de Desaparición de Personas de la Dinased ha resuelto 788 casos similares a estos en lo que va del 2014. Otros 395 están en investigación, de un total de 1.183 denuncias ciudadanas. De esto se destaca que el 67% de efectividad en su accionar investigativo, de búsqueda y reacción ante personas desaparecidas a nivel nacional.

Los problemas familiares son en un 42%, el principal motivo por el cual las personas desaparecen, seguido por la desaparición involuntaria en un 22%, por problemas sociales un 18%, psicológicos 6%, económicos 3%, académicos, enfermedad mental, desaparición forzosa y discapacidad física o mental el 2% y por razones desconocidas el 1%.

En pocos días

Luego de verificar la desaparición de un ciudadano y de ejecutar labores investigativas, los agentes de la DINASED proceden a realizar la resolución del caso y a localizar a la persona.

En 2014, el 10% de personas desaparecidas, fueron localizadas el mismo día de su desaparición. El 17% por su parte, fue ubicado al siguiente día y el 62% encontrado en menos de una semana, mediante un trabajo de reacción inmediata y, el empleo de medios y recursos logísticos apropiados para la búsqueda ciudadana./Ministerio del Interior/M Villegas

 

 

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