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Paracaidismo Táctico Policial con mochila, una especialidad que la Policía Nacional inaugura en Ecuador

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El origen del paracaidismo en el Ecuador data de 1956 como una actividad inherente al ejército. En la Policía Nacional, el primer salto se efectuó por miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) en 1983. Estas fechas quedaron para marcar el punto de partida de una disciplina que ha crecido conforme a las necesidades, de resguardo y protección, principalmente de la ciudadanía.

Actualmente, en la institución policial esta actividad es una especialidad dominada por el GIR, tanto en procesos operativos policiales como en exhibiciones, en todo el territorio ecuatoriano. Esta es una de las razones por las que la capacitación constante es una condición para los uniformados que ejecutan estos procedimientos.

Paracaidismo Táctico Policial

Desde el Aeropuerto Internacional de Santa Rosa, Machala, tres paracaidistas certificados internacionalmente, pertenecientes al GIR, fueron capacitados por miembros del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE), de Carabineros de Chile, en Paracaidismo Táctico Policial con equipamiento (PON de mochila).

Las circunstancias especiales de operatividad policial, en zonas de difícil acceso o, a causa de desastres naturales, hacen necesaria la intervención de uniformados dotados de herramientas adicionales a las usadas en condiciones normales.

Esta instrucción va muy de la mano con el servicio a la comunidad. Tras capacitaciones de esta índole, la respuesta a la ciudadanía, por parte de los uniformados, será bastante breve con respecto a salvar una vida, a llegar con hidratación, comida o cualquier elemento primario.

Luego de establecer los parámetros y escenarios, así como repasar minuciosamente todos los procedimientos; el 25 de agosto de 2014 se realizó el primer salto por parte del mayor Roberto Pástor Guevara, a quien le siguieron, capitán Cristian Suárez Garzón y teniente José Anda Sevilla.

La experticia de los alumnos de la Policía Nacional ecuatoriana dejó un criterio positivo en los instructores. Eduardo Díaz Lisboa, oficial GOPE se mostró complacido con la capacidad de los paracaidistas e indicó: “El nivel de los uniformados del GIR es bastante avanzado, tienen mucho conocimiento respecto al paracaidismo y muy buenas actitudes respecto a los saltos propiamente dichos. Con buenas medidas de seguridad, con aterrizajes seguros”, además aseguró que eso permitió alcanzar niveles de excelencia en la capacitación.

Equipamiento

En condiciones normales un comando GIR porta su Procedimiento de Operaciones Normales (PON) en mochila. Algunos elementos indispensables son, ropa, armamento, municiones, agua, alimentos; todo esto para uso personal.

Bajo situaciones de emergencia o rescate podría ser medicina, alimentos, frazadas, cuerdas o cualquier elemento requerido para salvaguardar la vida de un ser humano. El contenido variará dependiendo de las condiciones del objetivo (incursión, rescate, asistencia).

El paracaidista táctico policial debe poseer elementos básicos para realizar su trabajo. En uso de su uniforme camuflaje añadirá varios elementos de seguridad y operatividad.

Con una cúpula sobredimensionada de 270 cm2, con el objetivo de proteger al paracaidista y mantenerlo seguro, el paracaídas tiene un peso de 35 libras y se coloca en la espalda sobre un arnés de seguridad, para otorgar cierto grado de seguridad en la caída libre. Dos mosquetones se adhieren al arnés para soportar gran cantidad de peso y sirven para asegurar las herramientas.

Delante, asegurando en piernas y cintura se ubica la mochila, y sobre ella el armamento bien asegurado con amarras. Es preciso utilizar gafas, casco, guantes y el instrumento infaltable es el altímetro que determina el momento exacto que el paracaidista abrirá el paracaídas.

El paracaídas

En el paracaídas hay dos compartimentos naturales, uno inferior con el principal y en el superior está el paracaídas de reserva. Si existe un procedimiento de emergencia o falla del principal, su uso se vuelve forzoso.

4500 pies es la altura adecuada para abrir el paracaídas, eso le da el tiempo necesario al uniformado para tomar decisiones en caso de emergencia. Por ejemplo, de ser necesario, soltar la cúpula principal y abrir la de emergencia.

La mochila

El peso adicional que imprime la mochila en este entrenamiento es de 40 libras, más 20 del arma (fusil HK de asalto nueve milímetros). Con esto, el sobrepeso alcanza las 60 libras.

Por supuesto, la mochila añade mayor riesgo y demanda más precisión, de ahí la necesidad imperiosa de que quienes realicen esta actividad sean paracaidistas con cierta experiencia y excelentes condiciones físicas.

Tras realizar el salto con mochila, y ya bajo la cúpula (paracaídas abierto) es necesario soltar las amarras que tiene el arma, luego soltar la mochila que queda enganchada a una cuerda delgada, con el objetivo de que no se pierda. El objetivo es llegar a tierra únicamente con el arma y la cúpula, lista para ser soltada de modo que se pueda entrar en procedimiento inmediatamente.

Transferencia de conocimientos

La transferencia de conocimientos no es una práctica nueva en la Policía Nacional del Ecuador, principalmente con policías de otros países como: Chile, Argentina, Bolivia, Colombia, Haití, Estados Unidos, España, Francia, entre otras. Esto ha determinado que uniformados de unidades especiales sean capacitados para alcanzar estándares internacionales. Sin embargo, es la primera vez que se da una capacitación de Paracaidismo Táctico Policial con PON de mochila en el país.

El intercambio supone beneficio, principalmente, para la ciudadanía, ya que cuenta con policías con habilidades, destrezas y conocimientos de alto nivel, para cubrir sus necesidades de seguridad a todo nivel.

El GIR

El Grupo de Intervención y Rescate como pionero en la actividad del paracaidismo policial y como unidad elite dentro de la Policía Nacional decidió formar a hombres con el propósito de tenerlos en las condiciones adecuadas para realizar operaciones tácticas en niveles altamente especializados.

Dado su compromiso institucional y con la sociedad, los miembros del GIR se preparan para asumir cualquier tipo de responsabilidad y poner en acción sus conocimientos.

Para Cristian Suárez, capitán entrenado en estas destrezas, el profesionalismo demostrado por los instructores es muy alto. Por la complejidad y riesgo de la actividad se necesita mucha decisión, valentía y responsabilidad que un comando las tiene incorporadas en su esencia.

Dadas sus condiciones y certificación internacional como paracaidistas, los tres uniformados entrenados podrán lograr un efecto multiplicador con otros miembros de la Policía Nacional. De esta manera estarán alerta ante cualquier requerimiento de la ciudadanía en condiciones de riesgo. /Min. Interior /DNCE /M. Rojas

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