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Un especialista en localizar menores de edad extraviados

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Algún día todos fuimos niños, pero no todos trabajan en beneficio de ellos. Christian Alvear es uno de esos pocos que investiga para encontrar a menores de edad cuando desaparecen. Además, trata de restablecer los derechos de los infantes, cuando han sido violentados.

Alvear es cabo primero de la Policía Nacional y trabaja en la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) de Portoviejo. Hace algunos días fue condecorado por el Ministerio del Interior, como uno de los mejores investigadores del país y recibió una placa, una condecoración y un diploma.

Al evento asistieron 39 agentes de la Dinapen, quienes también fueron premiados. A nivel nacional fueron ocho y de Manabí solo dos, entre ellos, Alvear. El funcionario policial es de Quito, tiene 32 años de edad y 12 los ha dedicado a ser policía. En sus inicios estuvo en la Unidad de Tránsito, luego en la Dirección General de Inteligencia (DGI), pero desde hace seis años es agente de la Dinapen.

“Ser agente de la Dinapen es un trabajo muy delicado porque hay que garantizar los derechos y el bienestar de la niñez y adolescencia. Hoy es más complicado porque muchos menores de edad son víctimas, ya que varios adultos los inducen a cometer actos delictivos”, mencionó el uniformado.

Desde muy pequeño vio el ejemplo de su padre, quien hoy es un policía retirado. Su padre fue su motivación para interesarse en la vida policial y poder cuidar a la sociedad.

Detención y recuperación

El uniformado recuerda un caso sobre una denuncia de un grupo familiar, donde el abuelo supuestamente abusaba sexualmente de sus tres nietas. El agente asegura que hizo todo lo posible junto a sus compañeros, para obtener la información. Realizaron la búsqueda de la persona, la localizaron, allanaron el domicilio donde estaba y la detuvieron.

“Lo más lindo es cuando se recupera una víctima, aquel niño, niña o adolescente, por quien su familia estaba preocupada. Lo más hermoso es el agradecimiento de los familiares hacia los policías y la institución.

El elemento policial es casado y tiene tres hijos, dos mujeres y un varón, quienes han manifestado su deseo de ser como su padre, policías. “Cuando me ven uniformado, para ellos representa una gran emoción, ya que se refleja en su rostro la alegría de ver a su papá. Si les gusta esta vida profesional que lo hagan, estaré ahí apoyándolos”, mencionó.

“A mis hijos les aconsejo basándome en lo que veo a diario en mi trabajo. Género valores en ellos para que tengan un buen futuro”, expresó. Cuando está libre pasea con sus hijos, hace actividades deportivas y recreacionales. El fútbol y la natación son sus deportes favoritos.

Alvear asegura que el momento más triste para él es cuando una persona le pide ayuda y no es posible localizar a su familiar. “La familia se angustia y eso es terrible. Nosotros sentimos la misma desesperación porque somos padres y como agentes hacemos todo lo posible para poder localizar a un extraviado”, sostuvo.

Entre sus metas está continuar dando todo de sí, con el afán de colaborar con la sociedad, preparándose más, estudiar y estar en la Institución “hasta que Dios le preste la vida”. / MDI /DNCE

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