Comunicamos
Sargento Alquinga fue despedido con honores

El primer Mandatario, Rafael Correa, en compañía del Ministro del Interior, José Serrano Salgado, Comandante de la Policía, Gral. Marcelo Suárez Salgado y la cúpula policial asistieron a la ceremonia religiosa en honor del Sargento Primero, Rodrigo Amable Alquinga Concha , quienfalleció el pasado miércoles durante un enfrentamiento antidelicuencial en el sector La Pradera, norte de Quito.
La ceremonia religiosa se desarrolló en la iglesia La Catedral, en el centro de la ciudad, en donde las principales autoridades civiles y policiales se solidarizaron con los familiares de Alquinga, conocido como “La Máquina”, por sus amigos y compañeros.
Durante, la emotiva misa el Presidente Correa y Ministro Serrano entregaron a la esposa e hijos de este héroe policial, las nuevas insignias, pues fue ascendido al grado inmediato superior posmorten por actos de servicio, así como una conderacoración “Al Valor”.
El Comandante Suárez con mucha consternación, a nombre de la institución policial, exteriorizó su pesar por la pronta partida de uno de sus compañeros policías. “Entregó su vida fiel al cumplimiento de su misión, pero no sólo de palabra, sino de obra” señaló.
Suárez se refirió a la trayectoria policial de Alquinga quien demostró ser una gran profesional. “En su honor haremos justicia, como yo lo hemos hecho capturando a uno de los presuntos delincuentes que arremetieron la vida de nuestro compañero policía” recalcó.
La máxima autoridad policial también hizo hincapié al legado de valor y valentía «fuiste un gran Policía, eso nos compromete aún más para seguir sirviendo a nuestra ciudadanía», a la vez que con voz acongojada recordaba «Ahora un ángel caído será la luz que guíe nuestro accionar»
En la ceremonia, se ofreció un minuto de silencio en honor al Suboficial Segundo, Rodrigo Amable Alquinga Concha, momento espiritual que fue aprovechado para elevar plegarias de protección para aquellos que cuidan de la seguridad ciudadana.
Con mucha nostalgia cientos de ciudadanos, policías y autoridades, que coparon la iglesia La Catedral de Quito, despidieron al amigo, esposo, padre, hijo, compañero, al “Comando” que como señaló Moseñor Fausto Gabriel, durante su sermón, entregó su vida por su último conocido. Vargas J/ DNCE