Azuay: Policía intensifica campaña contra manipulación de pirotecnia

La campaña empezó con el objetivo de concienciar a los menores y padres de familia para evitar la adquisición de estos productos de gran peligro. Las visitas de los servidores policiales y del GIR  se han concentrado en Azogues, Gualaceo y Macas.  Ciudades donde se ha registrado mayor comercialización de estos artefactos explosivos.

Los elementos de la Policía han recorrido las escuelas y unidades educativas de la ciudad promoviendo esta campaña.  Esperan una respuesta positiva por parte de los directivos y padres de familia para que se organicen y sean asesorados por los uniformados.

El capitán Santiago Burgos, miembro del GIR, explicó que los directores de las instituciones educativas o padres de familia deben presentar un oficio al coronel Ignacio Benítez, jefe de la zona 6 de la Policía Nacional, para el envío del personal policial a realizar la presentación de la campaña.

Los niños y jóvenes evidencian consecuencias del uso de explosivos y la parte ilegal de la venta. Además, realizan demostraciones como la explosión de una sandía, para explicar la intensidad del daño.

Lo más atractivo y semejante a la realidad, es la demostración que hacen con una gallina muerta. Para ello, colocan explosivos de baja intensidad como tronadores, tumba casas, sonajeros, entre otros, con el fin de apreciar el desprendimiento de las extremidades del animal.

Burgos acotó que los niños se interesan por estos temas.  Al conocer la realidad de la manipulación, aseguran que evitarán el uso de dichos materiales y difunden el mensaje a sus hermanos o primos menores.

Opiniones

Para Gloria Gutiérrez, madre de familia, esta campaña será muy útil en las escuelas.  Los niños son muy fáciles de convencer para que compren los productos pirotécnicos.

“Es una buena iniciativa de la Policía Nacional y seré la primera en solicitar a la junta de padres de familia de la escuela de mi hijo, porque no sé cómo hacen para venderles los llamados diablillos. Me preocupa saber que mi hijo de 10 años tenga acceso a este tipo de juegos”.

A la salida de colegio Manuel J. Calle, algunos de los estudiantes tenían conocimiento del peligro.

“Es divertido escuchar lo fuerte que explotan en el piso, pero también es peligroso si eso llega a nuestro cuerpo.  Nosotros si apoyamos a la campaña y que vengan a mi colegio a explicarnos mejor”, indicó Paúl Dávila, de 17 años, quien reconoció que los explosivos ya no se comercializan como años atrás. / Ministerio del Interior